EFECTOS DE LECTURAS 6: "Los haikus del samurái" de Toñi Sánchez Verdejo
EFECTOS DE LECTURAS VI
Comentario del libro de
TOÑI SÁNCHEZ VERDEJO
LOS HAIKUS DEL
SAMURAI
Y LA GATA TAMA
EN SU VIAJE A
LAS
TIERRAS DEL
NORTE
Ilustraciones de SANDRA PÉREZ
Edición Experiencias Diente de león
Impreso en Albacete, España, el 1 de diciembre de 2022
Queridos lectores de EFECTOS DE LECTURAS, voy a
compartir con ustedes la magia de un cuento que nos conecta con historias de
tierras lejanas, pero antes les diré unas pocas palabras sobre la presentación
del libro de Toñi en el Museo de la Cuchillería de Albacete (MCA).
Sandra Pérez, una argentina muy querida en España, había
viajado para dictar talleres de sumie y acuarelas, y asistir a la
presentación del SAMURAI Y LA GATA TAMA, tan bellamente ilustrado por ella. Generosa
como siempre nos mandó la invitación y pudimos disfrutar de una maravillosa
puesta en escena de dos actos.
¿Quién es Sandra Pérez?, se preguntarán. Pues nada más
ni nada menos que la coordinadora del grupo “Puente y Camino-Haiku do
Argentina” y profesora de la Escuela
Taller de pintura Japonesa de Cristina Ishikawa. Doble don que le
permite combinar sus dos pasiones: el haiku y las ilustraciones con las
mencionadas técnicas.
La presentación del libro estuvo a cargo de la
escritora albaceteña Gracia Aguilar Bañón, su voz y sensibilidad al leer y
comentar asombros descubiertos tanto en algunos párrafos y como en los haikus
crearon una atmósfera especial para la sorpresa que nos esperaba: Un
bailarín de danza contemporánea, la Danza Tao, José Julio Ruiz, nos
hablaba con sus manos y con todo su cuerpo del Samurai y de la gata Tama.
Las ilustraciones y el impecable diseño de la portada,
a cargo de Enrique Linares Martí, me emocionaron hasta las lágrimas. Le pedí a
Sandra que me trajera dos ejemplares para regalárselos a dos amigos con hijos
educados en el respeto y el amor por la Naturaleza.
El diseño de Enrique atrapa las miradas por la
distribución armónica de imágenes y palabras que cobran vida y lo convierten en un libro especial.
El cuento se abre pétalo por pétalo en un índice que
anticipa desde un diccionario como el Hanakotoba, el pequeño diccionario
japonés para las cosas sin nombre, hasta un Taller de Haiku dictado por la gata
Tama. Gracias a la presentación de los dos personajes nos enteramos de la raíz
histórica de cada uno. Una historia apasionante de dos seres reales que marcaron
el rumbo a seguir a los que aman el haiku do. Como verán es un libro muy
especial: Toñi aprovecha la magia del cuento para mostrar a niños y adultos el
misterioso corazón de los haikus escritos por el equipo de haijinas
y haijines.
(Para no extenderme demasiado dejaré para otra oportunidad el tema de la importancia
de los colaboradores en la escritura y difusión del haiku en España)
Le pregunté a Toñi por qué los incluyó y con su humildad
característica me dijo que “le gusta que todo sea coral, no solo mío”. Ese
clima de amistad y respeto entre ellos lo vuelve un libro que seguro van a
disfrutar grandes y chicos. Crecer espiritualmente es una tarea que a veces,
como este cuento enseña, es gratificante y a veces, no. Por eso viene bien
compartir en familia el amor por la Naturaleza cada día más alejada de nuestras
actividades cotidianas.
Esta breve introducción tiene el propósito de transmitirles
partes de un diálogo con Toñi Sánchez Verdejo que ilumina el largo camino de
los personajes y rescata los lazos entre Oriente y Occidente de los que poco se
habla. ¡Ojalá llegue el tiempo en que unamos nuestras voces cantando en armonía
con el Universo!
·
¿Quién es Toñi Sánchez Verdejo?
De su extenso CV que podrán leer en la contratapa de
sus libros me interesa destacar:
- Presidenta de la Asociación de la Gente del Haiku en
Albacete (AGHA). - Profesora de la Escuela de Haiku Makoto.
- Redactora de la gaceta de haiku Hojas en la Acera (HELA).
–Ha escrito varios libros, entre ellos dos que
comentaré después del Samurai por lo que les anticipo que
este EFECTOS DE LECTURAS tendrá 3 partes. Los dos libros son “Dientes
de león en la hierba, Haiku y Mindfulness”, Hojas de té (2019) y “Ventanas.
Diario de una haijin durante la pandemia”, Dientes de león (2021).
- Ha participado
en varias Antologías y dicta talleres en varias regiones de España.
Escribe al final de un recorrido por su intensa labor
de difusión del haiku:
“Desde que llegó a mi vida, el haiku es mi pasión, además
de Japón, los viajes, la naturaleza y los gatos”.
·
Mi primera pregunta tenía que ver con la relación
entre Albacete y Japón, quería saber si había ido a Japón y, en especial, si formaba
parte de “los cinco de Nagasaki”, fundadores de la Escuela
de Haiku Makoto.
Toñi me cuenta
que había planeado ir con dos amigas en octubre del 2020 y a causa de la
pandemia no pudo realizarlo. El dinero ahorrado lo invirtió para reformas en su
casa, como todos lo hicimos. Con su risa contagiosa me dice que en realidad los
cinco son los tres de Nagasaki: Mercedes Pérez Pérez (Kotorí),
Félix Arce Araiz (Momiji), y Manuel Díez Orzas.
Su sueño es viajar a Japón. “Lo más cerca que estuve
fue en la casa del Señor Embajador en España invitada varias veces como
Presidenta de AGHA con motivo del cumpleaños del Emperador…” (…) Asistió a la
entrega de premios de concursos de haikus y recibió en nombre de la AGHA el
diploma del Ministerio de Asuntos exteriores de Japón en reconocimiento de la
difusión del Haiku…” (…) “Me interesa toda la cultura japonesa desde el
arte, la literatura, el cine y por supuesto, el haiku. Y no pierdo la esperanza
de viajar”.
Toñi me sorprende una vez más: el cuento fluye como si
hubiera recorrido el camino del Samurái. Es tan fuerte lo que
transmite que estoy segura de que cuando viaje a Japón tendrá la sensación de
haber estado más de una vez.
Siguiendo con el lazo cada vez más visible entre Oriente
y Occidente, me llamó la atención que además del lugar y fecha de la impresión
del libro: Albacete, el 1de diciembre de 2022, se destaque que ese es el día de
la festividad de San Eloy, patrón de orfebres, cuchilleros y fabricantes de katanas.
·
¿Podrías contarnos algo más sobre este santo y la
importancia de la cuchillería en Albacete?
“San Eloy era herrero, por eso es el patrón de los
cuchilleros, de los orfebres y de los artesanos que trabajan el metal…” Me
cuenta de la importancia de la industria cuchillería que se la conoce desde el
siglo XVI y XVII, sobre todo por la fabricación de navajas.
Toñi se anticipa a mis preguntas: “…y la vinculación
de la AGHA con el Museo de la Cuchillería es también muy importante…
en este Museo realizamos el concurso de Haibun que está dedicado a la
cuchillería y los elementos del corte y todas las profesiones dedicadas al
corte. Tenemos varios libros y dos exposiciones: la última, por Sandra Pérez,
dedicada a Haigas sobre
cuchillería…”. Me cuenta con precisión cada una de las actividades de la AGHA en
una ciudad dedicada a la poesía y a la cuchillería. Quizás para hacernos pensar
que las mismas manos de un orfebre pueden moldear tanto una navaja como un
delicado poema que nos llegue al corazón. Atrapada por el relato de su abuelo
cuchillero casi se me olvida de que tenemos que emprender el viaje anunciado ya
desde el título.
Nosotros partiremos desde algún lugar del mundo y
nuestros personajes lo harán desde Albacete, por eso era importante conocer
esta singular ciudad española, y los seguiremos hasta “el lejano país del Sol
Naciente”.
Como los sumie de Sandra, Toñi ha pintado en
pocos trazos a Kinsako y a la gata Tama. Una gata tricolor con “ojos
verdes como los campos de té”. En el té, los japoneses utilizan frecuentemente
la expresión ichigo ichie. Significa “un momento, un encuentro”. “Cada
reunión de té es una oportunidad de tener una experiencia que jamás se repetirá
en la vida de una persona” (Vivencia y sabiduría del té, Soshitsu Sen XV)
Sabíamos el porqué del viaje del Samurai, la sorpresa fue el encuentro con una gata sin nombre.
Entonces la bautiza. Un bautismo que deslumbra por su sencillez: “Te llamaré Tama”
y sin dar más explicaciones inician un viaje que abre el camino hacia el corazón
del lector.
Un largo viaje que abarcará las cinco estaciones
japonesas: las cuatro conocidas más Año Nuevo.
Le pedí a esta amante de la naturaleza que me cuente
algo característico de cada estación albaceteña, geografía, flora y fauna y las
fiestas que celebran. Sus aportes enriquecieron la lectura de los haikus.
A partir de aquí voy a comentarles unos pocos haikus.
Espero, amigos lectores, que disfruten a su manera de los demás.
El relato del cuento, además de las ilustraciones de
Sandra, nos regala bellísimas imágenes visuales, como la de la gata cubierta
con un manto de flores rosadas, o auditivas, cuando en esa quietud donde ya no
cae ninguna flor de pronto ocurre algo tan inesperado como el “estruendo de
ranas”. Un croar liberador de energía que interrumpe el descanso nocturno.
Debo confesarles que acababa de leer el libro por
segunda vez y tenía ganas de volver a
leerlo. ¡En cada lectura me sorprendía una emoción nueva!
·
Los cerezos en flor. (Primavera en Japón)
sonar de taiko
pétalos de cerezo
se mecen, caen
Sandra Pérez, hachidori
Este haiku me conmueve por la delicadeza que envuelve
dos potentes imágenes: la auditiva: el sonido del tambor y la visual: el sereno
caer de los pétalos de la flor de cerezo. La gata sabia no pierde la
oportunidad de mostrarle al samurai un aspecto ignorado de él
mismo. Sus palabras, más allá del intelecto, son tambores que viajan del
corazón a las entrañas.
Toñi me cuenta que en Albacete florecen los almendros
a finales del invierno. Imagino las ramas cubiertas de delicadas flores blancas
anunciando el renacer primaveral.
En el Jardín japonés de Buenos Aires resuenan los taikos
en cada fiesta. A fines de julio, pleno invierno, mucha gente se acerca
a contemplar los cerezos en flor. Caminan lentamente y en silencio a través de
un túnel de flores rosadas mientras se escuchan los taikos y las risas de los
niños dando de comer a los peces de colores. En el mástil más alto frente al
lago flamea un enorme koi, pez carpa para nosotros, símbolo
utilizado en Japón para anunciar la llegada de un hijo varón.
La coreografía del caer de los pétalos me calma,
apacigua el griterío y poco a poco el silencio mueve los pétalos. Al salir del túnel
el sonido de los tambores apagándose también lentamente nos llama a la
reflexión: nada es eterno. La belleza es efímera, por eso es hoy, aquí y ahora,
el presente necesario para percibir la realidad tal como es. Sí, la gata Tama es
sabia, humilde y zen. El unir en una profunda experiencia de vida a dos
personajes tan puros es un hallazgo que me emociona. Los efectos que provocan las
palabras de Tama en el samurái son propios de la enseñanza
del Dharma
en la meditación zen.
·
Luciérnagas (Verano en Japón)
noche sin luna
bajo el arco del puente
las luciérnagas
Toñi Sánchez, diente
de león
La oscuridad de una noche sin luna hace más oscuro el
espacio debajo del puente. Me imagino tirada en la orilla de un río silencioso
mirando a las estrellas brillar en la lejanía de un infinito negro y luego
virar la mirada hacia un puente que adivino entre las sombras. Un poco más
abajo donde la oscuridad borra los límites entre el puente, el río y yo,
titilan luces desordenadas, alegres, que se prenden y apagan como farolitos
movidos por el viento. Siento la plenitud de un día que se acaba, una calma que
me llena de esperanza. Sin atreverme a molestarlas me acerco y veo que son
muchas luciérnagas que bailan la coreografía de la celebración de la vida y me
siento agradecida por haber compartido con ellas un instante único e
irrepetible.
Leyendo La canción del arrozal de Lafcadio Hearn me
enteré de la gran variedad de luciérnagas que hay en Japón y los lugares dónde
se disfrutan en las noches de verano. Recuerdo mi infancia en un pueblo de
provincia: qué placer salir a atrapar “bichitos de luz” y ponerlos en un frasco
de vidrio. Pues los japoneses cazan luciérnagas y las venden. Esto se ha
convertido en un nuevo negocio pero la diversión es un fenómeno muy antiguo. En
todos los pueblos los niños, acompañados por adultos, cantan canciones antiguas
mientras las cazan. Nosotros colocábamos los frascos luminosos en las ventanas
y le pedíamos a nuestros padres que eligieran al mejor. Volvamos al viaje del samurái
y la gata Tama.
El verano, tan entretenido para los niños que
descubren un mundo fascinante en el prender y apagar de bichitos, puede no ser
tan simple para un joven que quiere ser un guerrero diestro en el manejo de la katana.
La armadura de su identidad irá desapareciendo gracias a las
intervenciones de la gata. Un tema para que los padres reflexionen sobre los
mandatos que sin saber transmitimos a los hijos. Mientras tanto:
·
Seguimos en verano:
atardecer,
cada nube
de un gris diferente
Elías Rovira Gil
Cierro los ojos, me veo tirada en el pasto que bordea
el camino hasta las dunas. A lo lejos, el rumor del mar y el viento del Este
sacudiendo los tamarindos. Un perro ladra a las gaviotas que parecen reírse
remontando vuelo sobre el oleaje furioso. Nadie en la playa, presienten la
tormenta de verano. Parece que no ocurriera nada sin embargo me emociono al
contemplar las nubes grises que enfilan ordenadas hacia el bosque de pinos.
¿Cada una de un gris diferente? Según la mirada de Elías que se detuvo en ese detalle
forman una paleta de tonos grises que lo emociona profundamente. Contemplarlas
es ser parte de esa variedad y dejarse llevar por el viento sin pedir
explicaciones ni preguntar. Simplemente estar presente en silencio viviendo un
instante irrepetible. Y entonces, la calma le permite percibir “la armonía que
existe entre la naturaleza y el corazón”. Luego de descansar el viaje continúa
internándose en un bosque exuberante. Seguimos en Verano:
hay algo
en esas hojas de bambú
que agita el viento
Mercedes Pérez, kotori
Imagino un bosque de bambúes tan altos que tapan el
cielo y siento el viento en mi cara y me invade una emoción semejante a cuando
entro en las catedrales y mezquitas: lo sagrado me enmudece, acalla el ruido
del afuera y me dejo llevar por el misterioso silencio que habita en mí desde
siempre.
En Historia y arte del jardín japonés,
Javier Vives escribe: “El bambú es una de las plantas más utilizadas para
construir las vallas de los jardines y muy apreciada en artesanías y arte popular.
Su crecimiento es excepcional, hasta 30 cm por noche, y puede alcanzar los
veinte metros de altura. Solo tiene una floración cada sesenta años, tras la
cual muere. Sus brotes son comestibles”. Esta breve descripción me ayudó a
comprender las palabras de la gata Tama y la profundidad espiritual que
contienen. “Los ríos que son muy profundos fluyen de forma lenta”. La vida, la
muerte y el tiempo encerrados en una semilla se convierten en cañas tan altas
que tapan la luz del sol. Cada sesenta años, antes de morir, el bambú nos
regala una flor. No puedo imaginarla, ni adivinar su aroma.
Me impacienta la lentitud y me pierdo en preguntas
inútiles en lugar de contemplar la belleza del conjunto. ¿Por qué? Quizás lo
que me inquieta es “ese algo” entre las hojas que agita el viento. Yugen:
“El sentimiento que nos invade cuando un poema o un cuadro nos conecta con la
belleza inabarcable del universo y nos sentimos diminutos y solos en el mundo,
pero reconfortados al mismo tiempo por formar parte de él.” (Hanakotoba
El lenguaje de las flores).
·
Luna llena (Otoño en Japón)
luna casi llena,
merodeando entre el bambú
junto al gato del templo
Félix Arce, momiji
Luna casi llena: una imagen potente que jamás me
detuve a contemplar, Siempre la vi llena, quizás así tranquilizaba la inquietud
que me invadía por las noches caminando por el bosque de pinos centenarios.
Este haiku me emociona porque pude captar la
incompletud siempre presente en nuestra vida. Las cosas no cierran de golpe y
la espera produce incertidumbre. En lugar de concentrarnos en el presente anticipamos una forma completa como si la
calma no tuviera nada que ver con nosotros. Respirar en zazen contemplando esa
luna nos purifica.
Dejamos de merodear por el bosque. Llueve y un viento
frío agita las cañas de bambú. Mejor volver al templo con el gato en brazos.
·
Nieve (Invierno en Japón)
no deja de nevar
sigue quieto
el martín pescador
Sandra Pérez, hachidori
Un invierno duro para los viajeros: compartir el té,
un poco de arroz y el calor de los cuerpos en una posada mientras afuera cae la
nieve y enmudece al martín pescador. ¿Qué canto podrá entibiar el silencio de
la noche? Quizás el canto del ruiseñor
que motivó el viaje.
En este capítulo se despliegan los ejes más
importantes del argumento. Cada frase
conmueve y nuestro corazón late al ritmo de los sucesos impensables, duros,
inquietantes pero a la vez sanadores. El
samurái encontrará su rostro
original, el ruiseñor recuperará su libertad y el viaje se tornará espiritual.
Hoy, aquí, en el benigno invierno de Buenos Aires,
sentada en zazen ofrezco los
méritos para el bien de todos los seres.
·
Torii ( Año Nuevo en Japón)
mañana de Año Nuevo
brilla un guijarro
en lo alto del torii
Félix Arce, momiji
El samurái con la gata al hombro camina
admirando la belleza del mundo que empieza a renacer. El deshielo produce un
sonido suave y las flores comienzan a aparecer en los manchones libres de
nieve. Tama frena el entusiasmo del joven con palabras tan suaves como
su pelaje tricolor.
En invierno, cuando el sol del mediodía entibia las
manos, suelo ir a meditar al Jardín japonés. Los guijarros brillan en el fondo
del lago mientras algún pájaro descansa en el torii: una puerta
especial que en Japón funciona tanto para delimitar el espacio sagrado como
símbolo del santuario sintoísta. El haiku me emociona por el silencio
que envuelve el espacio sagrado y me siento un pequeño guijarro que agradece la
oportunidad de contemplarlo.
Vuelvo caminando en silencio hasta que el ruido de la
ciudad me recuerda las palabras de Tama: “cada momento pasa y viene
otro”.
·
Myosuji (Final del viaje. ¿Final?)
las campanas
de la aldea del valle,
estar de paso…
Enrique Linares Martí
Este haiku me llena de una vieja nostalgia que siento
en el momento de dejar un lugar agradable. Siento ganas de volver pero ¿a
dónde? No se trata de un lugar marcado en un mapa, es algo que habita el
corazón y las entrañas: La aldea natal, como la llaman los japoneses, con los
primeros sabores que conocimos y que no volveremos a encontrar en otras partes.
Esas campanas suenan parecidas a la de nuestra aldea, los valles, o las
montañas o los ríos también se parecen pero ninguno habita en los profundo de nuestro
ser, ahí donde no hace falta contestar las preguntas que la razón impone.
Me impresiona el final abierto por los puntos
suspensivos: somos caminantes de un camino que ignoramos su final: solo nos
queda “estar de paso”…
¡GRACIAS TOÑI!
HASTA LA PRÓXIMA
# efectosdelecturas
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